Ha sido una semana especial y estupenda, porque hemos trabajado la decoración floral para una boda en iglesia con un solo tipo de flor: la Gypsophila paniculata. El resultado ha sido precioso, una composición de “nubes” de infinitas pequeñas florecillas blancas, guardando la simetría del imponente altar barroco. El diseño para este espacio resultó ser singular y bello, gracias a la sensibilidad, confianza y audaz sugerencia de Maite y Juan en su encargo, contrario a la habitual recarga floral de composiciones que llena las iglesias, intentando muchas veces competir con la ya exuberante obra artística de los altares.
Planta de Gypsophila paniculata |
Perteneciente a la familia Caryophyllaceae, es originaria de Europa y Centro de Asia. Es una planta perenne y alcanza alturas que varían de entre medio y algo más de un metro según las variedades.
Las flores de La Gypsophila paniculata pueden ser simples o dobles y en cuanto a su color, depende de la variedad cultivada, siendo las de color blanco las más populares. Estas se desarrollan en grandes masas de pequeñísimas flores de tal forma que muchos la llegan a calificar como ‘velo de novia’ o ‘espuma blanca’.
Días antes de la boda, nuestro taller se llenó de masas de paniculata, desprendiendo su maravilloso aroma floral una vez desempaquetada y colocada en sus cubos con agua. La temperatura y la luz eran perfectas para sacar nuestras mesas y herramientas fuera y trabajar los arreglos, pacientemente, al aire libre.
Flor de paniculata |